martes, 13 de diciembre de 2011

Kepler-22b

En la incesante búsqueda de vida fuera de la Tierra, este es el más reciente candidato. Kepler-22b es un exoplaneta que gira en torno a la estrella tipo G Kepler 22, a 600 años luz de nuestro planeta. Al parecer, su órbita se sitúa en la denominada zona de habitabilidad, y puede reunir, según los datos recogidos, agua y temperatura y atmósfera adecuadas.

Del análisis de los datos, que sitúan la probable temperatura media de la superficie entre 22 y 27 ºC, se desprende que este es, a día de hoy, el mejor candidato para albergar vida, por delante de otros como Gliese 581 g. No obstante, este nuevo planeta parece ser unas dos veces superior en tamaño a la Tierra, y por lo tanto su composición bien pudiera ser distinta, más parecida, por ejemplo, a la de Neptuno. Eso sí, mucho más cálido que este.

Siempre nos movemos en el terreno de las hipótesis. Pero la imaginación puede ir más lejos, y hacerse preguntas. ¿Llegaremos a confirmar la existencia de vida en alguno de estos mundos? Nos acercamos, aunque sea desde nuestros telescopios y centros de investigación. ¿Cómo será? De algún modo, siempre pensamos en formas de vida basadas en el agua y el carbono, en condiciones similares a las que conocemos. Sin embargo, pueden existir otros conceptos de vida, otras bases para la misma, y nos acercamos, reducimos distancias, poco a poco. 

¿Cuál será el siguiente candidato para albergar vida? ¿Superará en opciones a Kepler-22b?

Saludos de madrugada.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Una ventana al universo

Vivimos un tiempo de numerosos problemas en nuestra casa, la Tierra. Agitación política, dificultades económicas, fenómenos naturales de consecuencias devastadoras... Son problemas a resolver, hasta donde sea posible, y la humanidad no parece haber hecho sus deberes, al menos hasta ahora. Pero imaginemos, a modo de respiro, que nuestra casa, la Tierra, poseyera una ventana, y que desde esa ventana pudiera contemplarse el universo, del mismo modo que desde la ventana de una cabaña en un bosque se podrían contemplar montañas, arroyos o frondosos gigantes arbóreos. ¿Qué veríamos? Pensemos: innumerables estrellas, de diversos colores aparentes y brillos, acaso galaxias, nebulosas, o algún planeta con sus satélites, o en solitario. Es un lienzo que puede soñarse o imaginarse, al que nos acercan un poco los modernos telescopios, que nos han aportado visiones novedosas y prácticamente increíbles, de lo más cercano a nosotros, y de lo más lejano, los confines del cosmos, con sus quásares y sus radiaciones gamma. Son dos panoramas distintos, pero compatibles. Porque compatible es tratar de comprender los misterios del universo, las razones físicas que lo gobiernan, y los retos y necesidades que plantea nuestro planeta, también para comprenderlo mejor, para respetarlo más que hasta ahora, y así lograr una mejor vida para todos sus habitantes, que son también habitantes del cosmos.


Saludos.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Las otras estrellas

Quien más, quien menos, todos conocemos unas cuantas estrellas del mundo del celuloide, actores y actrices que brillan con luz propia, por su talento o su rutilante belleza, en ocasiones cautivadora. Con frecuencia se publican listas de "las más...", o, en su caso, "los más...". Sin ánimo de hacer aquí una lista exhaustiva, es el momento de fijarse, aunque sea imaginariamente, en el firmamento, y recordar que ahí, en la inmensidad del universo, brillan otras estrellas, poderosas, misteriosas, lejanas. Apenas un puñado de ellas llega a nuestros ojos, acaso unos miles gracias a los potentes telescopios de los distintos observatorios astronómicos. Pero hay millones y millones en el universo, y muchas se escapan a nuestro entendimiento.


Los nombres de algunas de ellas son evocadores. El Sol es la estrella primigenia, la más cercana y potente. Aparte de él, las más brillantes para nosotros son, en este orden, Sirio, Canope, Rigil Kentarus (alfa de Centauro), Arturo, Vega, Capela, Rigel, Procyon, Archenar, Betelgeuse, Agena, Altair, Aldebarán, Acrux, Espiga, Antares, Pólux, Fomalhaut, Deneb, Mimosa. Una lista de honor, sin duda.

Alfa de Centauro es la estrella más próxima a la Tierra, después del Sol, a unos 4,35 años luz. En realidad, es un grupo de tres estrellas, una de las cuales, Próxima Centauro, es propiamente la más cercana... Pero esta sería otra lista, la de distancias a la Tierra... y por ahora nos ocuparemos del rutilante brillo de estas perlas del universo, tan intenso como el que en ocasiones nos bridan las bellas estrellas de nuestro pequeño mundo.

Un saludo.

domingo, 23 de octubre de 2011

Coches y energías

En ocasiones me pregunto cuándo va a cambiar de manera irreversible el modelo energético aplicado a los coches. A veces extiendo la pregunta a todo vehículo propulsado por combustible, y al mundo global, en todos sus aspectos. Lo cierto es que vemos algunos cambios, y parece que dicho modelo puede cambiar. Pero los pasos son lentos. Puede ser una investigación costosa, es posible; y también pueden existir resistencias al cambio por parte de quienes se encuentran bien acomodados en el modelo actual, basado en los combustibles fósiles ante todo.

Ya hay coches híbridos de gasolina y eléctricos y coches puramente eléctricos (algunos aún en fase de fabricación), y múltiples prototipos que se basan en las energías renovables, como la eólica o la solar, los cuales suelen ser más bien maquetas de proyectos de investigación académica que realidades consolidables, me temo. Quizás una de las mejores alternativas, a mi juicio, son las pilas de combustible, dispositivos electroquímicos similares a baterías que pueden generar energía a través de la combinación de oxígeno e hidrogéno puro, y con vapor de agua como el único, en principio, residuo.

Se trataría de una alternativa limpia, cuyo coste poco a poco se reduce, así como sus inconvenientes, como la especificidad de los catalizadores de la reacción. Es un modelo, puede decirse, de hidrógeno, frente al de electricidad, propio del coche eléctrico. Parece que este se impone, pues parece resultar algo más económico y más susceptible de implantarse en vehículos de dimensiones reducidas (turismos). Pero continúan ambos, y con el tiempo veremos si se impone uno o conviven ambos, inclusive junto a alternativas diversas.

¿Qué os parece? ¿A cuál veis más opciones? Cualquiera puede ser bueno, solventando los respectivos inconvenientes. Lo importante es dejar atrás lo antes posible los combustibles fósiles. De paso, podemos tener en nuestras manos el agresivo modelo actual de coche, que arroja muchas sombras, conocidas por todos.

Saludos.

domingo, 16 de octubre de 2011

Sequía

Es bastante posible que hayamos entrado en España en un nuevo período de sequía. El tiempo lo dirá, pero ya casi ha transcurrido un mes de otoño y las precipitaciones apenas llegan (y eso, donde lo hacen, en Valladolid nada). Ya el verano fue muy seco, y el panorama no es halagüeño. Los embalses se secan y llegan a porcentajes de capacidad de un 33% en la cuenca del Duero, y menos aún en Galicia. De hecho, en Galicia se plantean restricciones al consumo a corto plazo. 

La España húmeda ya no es tan húmeda. En Orense se alcanzan todos los años temperaturas máximas nacionales por estas fechas. ¿Casualidad o no? Yo confío en que sea un período puntual, y no algo relacionado con el cambio climático. El tiempo lo irá diciendo, en efecto. Quizás también el tiempo, por desgracia, nos haga comprender qué importante es el líquido elemento, el agua. Que se lo digan a determinados países y poblaciones que viven en sequía perpetua. Tratemos de ser optimistas, pero cuidemos siempre el único planeta que tenemos.

Saludos otoñales.


sábado, 17 de septiembre de 2011

Viaje al centro de la Tierra

Es el nombre de una de las novelas más famosas de Julio Verne; y, tal vez, el de uno de sus mayores sueños, aún no hecho realidad. En efecto, ¿será posible llegar algún día al centro de la Tierra? 

Lo cierto es que a día de hoy apenas nos hemos adentrado unos kilómetros en la corteza terrestre. Un gran logro ya, podría decirse en realidad, si tenemos en cuenta que el interior de la Tierra es uno de los medios más hostiles que podemos concebir. Muchas veces se piensa en el espacio exterior, en un universo de dimensiones inconcebibles, frío y oscuro, como el medio hostil por excelencia. Pero, en realidad, las condiciones de calor y presión que se manifiestan a solo unos kilómetros bajo nuestros pies generan unas dificultades conceptuales muy grandes para acometer un posible viaje al centro de la Tierra, superiores a las que nos ofrece el cosmos.

Seguramente la idea planteada por Julio Verne en su novela sea utópica. Tal vez no esperen océanos en cuevas de dimensiones colosales, ni bosques de inmensos hongos o criaturas antediluvianas. Sin embargo, la idea llama la atención de grupos de científicos, y se está estudiando. Se imaginan máquinas, naves, etc., que puedan abrirse camino por la corteza y el manto terrestres, hasta llegar al núcleo. Se piensa que el diamante, el material natural más duro que se conoce, podría ser apto para revestir esas naves, y resistir. Pero hay mucho, muchísimo camino por recorrer. Hemos avanzado ya mucho por el espacio exterior, y casi nada por el interior de nuestro planeta. Por ahora nos quedan teorías, cálculos, sueños, y alguna que otra película.

¿Creéis que será posible llegar algún día al centro de la Tierra? Por si no fuera así a corto plazo, siempre recomendaré la lectura de "Viaje al centro de la Tierra".


Un saludo.







domingo, 21 de agosto de 2011

Las eras arcaica y primaria

Muchas veces, cuando se remonta la vista a eras pasadas, pensamos en el tiempo de los dinosaurios, o acaso en los recientes dos millones de años de existencia de la especie humana. La era de los dinosaurios es la secundaria. La especie humana emergió en el cuaternario. El terciario es un tiempo más ignorado, y más si cabe las eras arcaica y primaria, perdidas en la noche de los tiempos, hace miles de millones de años. Son tiempos de criaturas desconocidas, extrañas, precursoras, en las que la Tierra misma y el clima se conformaban aún, y a las que se dedican pocos documentales, series o películas, por no decir casi ninguno. Pero son las eras en que surgió la vida, en que pasó de una única célula a especies pluricelulares que llenaron los océanos primigenios y saltaron después a tierra firme. Y allí, prosiguió la evolución...


En las eras arcaica y primaria los océanos fueron los principales protagonistas de la vida, hasta que muy lentamente la atmósfera reunió las cualidades para la vida fuera de los mismos. Los cefalópodos y los artrópodos fueron los autenténticos dominadores de aquel tiempo, pero en el salto a la superficie terrestre triunfaron finalmente los precursores de los vertebrados, ya que pudieron adaptarse mejor a la vida fuera del agua y a las condiciones de una nueva atmósfera rica en oxígeno.

Os invito a conocer un poco más de estas eras olvidadas, aunque ya os comento que la ciencia aún desconoce bastante sobre ellas. Animáos a imaginarlas un poco, en todo caso.

Cálidos saludos de verano.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Contaminación lumínica

Aunque ahora asome a nuestra ventana un sol radiante, imaginemos una de estas noches de verano, serena, agradable. Podemos estar en una ciudad cualquiera. Desde ella, apenas podemos apreciar las estrellas en ese calmado y despejado cielo nocturno. Conforme nos vamos alejando de la ciudad, más y más estrellas pueden observarse en el firmamento. Y si tenemos la suerte de llegar a un lugar "apartado" de la civilización, el número de estrellas visibles crece casi increíblemente.

Todas las ciudades, y especialmente las grandes, aparecen rodeadas en la lejanía de un halo de luz más o menos intenso. Es luz que hace más cómoda la vida cotidiana, pero que en parte es también contaminación, un excedente innecesario que implica gasto, energía desaprovechada y que impide el mejor disfrute de la naturaleza y la contemplación del firmamento. Es, de alguna manera, una forma más de alejarse de la naturaleza. Ciertos estudios señalan que también afecta a la fauna cercana a los núcleos urbanos, en forma de desorientación o de alteración de los ritmos biológicos, al no distinguir fácilmente el animal el día y la noche.

Todo esto puede parecernos de mayor o menor importancia. Pero ¿cómo sería un mundo con menos luz en sus noches? ¿Sería mejor, o, simplemente, distinto? Más cercano a la naturaleza sin duda.

Saludos de verano.

martes, 19 de julio de 2011

El fin de una era

Con el próximo retorno del Atlantis, después de su última misión, se pondrá término a una era, la de los transbordadores espaciales. La NASA decicidió hace un tiempo concluir las misiones de estas naves que tanto han aportado a la exploración del universo. Columbia y Challenger tuvieron funestas desapariciones, mientras que los supervivientes, Discovery, Endeavour y Atlantis, serán probablemente piezas de museo. Y desde luego entrarán a formar parte de la historia, no solo de la conquista del espacio, sino del hombre mismo.

Por supuesto, pueden surgir múltiples preguntas. ¿Cómo proseguirá la exploración espacial?¿Se renuncia a corto y medio plazo a misiones tripuladas? Si no es así, ¿qué tipo de naves aguardan, al menos como proyectos? Se habla de velas solares, de nuevos combustibles, de aprovechar más el poder de la gravedad, de propusión iónica e incluso de emplear la antimateria. Soluciones todas imaginativas, algunas razonablemente viables. Pero, como tantas veces, habrá que dar tiempo al tiempo. Solo él nos dará las respuestas, y seguro que se avanza, aunque el espacio haya dejado de ser prioritario, posiblemente, en estos tiempos de crisis global.

Saludos nocturnos.

lunes, 27 de junio de 2011

Distancias en el universo

Hoy día, en lo que se llama un mundo global, hemos conseguido reducir mucho las distancias entre países y continentes, de forma que viajes que antaño llevaban semanas o meses se realizan en horas o acaso días, en el peor de los casos. El avión fue un gran hito, sin duda, que acortó las distancias, espaciales y mentales. Pero esto sucede en nuestro pequeño planeta Tierra. Fuera, en el universo, nuestras mejores máquinas resultan insuficientes para cubrir en tiempos reducidos las inmensas, casi inconcebibles dimensiones cósmicas. Las sondas Voyager se lanzaron en 1977, y ahora están a punto de salir del Sistema Solar, nada más, aunque nada menos.

¿Será posible algún día recorrer distancias dentro de las galaxias en unas horas o unos pocos días, cual dulce crucero galáctico? ¿Y distancias intergalácticas? Pues si las distancias dentro de nuestra Vía Láctea son ya sobrehumanas, pensemos en un viaje de una galaxia a otra, situadas ambas a millones, o miles de millones de años luz? Nosotros estamos, me temo, tecnológicamente muy lejos de ese momento. Quién sabe si para alguna civilización desconocida sea ya posible. Para el ser humano queda seguir imaginando, investigando, realizando. El teletransporte es un sueño de algunos científicos, pues no en vano con ese concepto se puede viajar "en un instante" de un punto a otro. Pero queda mucho camino por recorrer, y no de horas, días o semanas. Serán años de progreso en busca de la ciencia-ficción hecha realidad.

Saludos.

lunes, 13 de junio de 2011

El poder de la naturaleza

Terremotos, erupciones volcánicas, huracanes, grandes tormentas... Las formas en que se manifiesta el poder de la naturaleza son numerosas, y de todas ellas hay ejemplos más o menos recientes. La Tierra no se detiene, y muestra su furor con cierta frecuencia. Antaño la humanidad contemplaba este poder como algo inevitable e incluso divino. Hoy día nos sigue sobrecogiendo y admirando, pero empezamos a preguntarnos: ¿es realmente inevitable?

La respuesta exacta no es sencilla. En principio, son fuerzas inevitables. Sin embargo, hemos logrado altas cotas de predictibilidad, particularmente en lo que se refiere a fenómenos meteorológicos. Es lo que más repiten los científicos. Es posible predecir algunos fenómenos, pero no otros, y menos aún su intensidad. Pensemos en los terremotos, o en el vulcanismo. ¿Será posible algún día pronosticar todos estos fenómenos de poder de forma cuasi-exacta, y así evitar sus consecuencias más graves? El tiempo lo dirá. Y más aún, ¿será posible evitar algunos de ellos? Esto lo veo más improbable, pero parece un desafío que la ciencia está dispuesta a afrontar.

Saludos.

miércoles, 25 de mayo de 2011

La flecha entrópica

En 1927, el astrónomo Arthur Eddington acuñó el término flecha del tiempo para refererise a una dirección en el tiempo en un universo relativista de cuatro dimensiones, donde la cuarta dimensión es, precisamente, el tiempo.

Existen distintas flechas del tiempo, o formas de determinar, o tratar de determinar, una dirección de flujo de esa entidad que llamamos tiempo. Esto es, una distinción entre "pasado", "presente" y "futuro"; algo misterioso e intangible, pero real y medible. De entre todas, una de las más intrigantes es la llamada flecha termodinámica o flecha entrópica, que vincula la dirección en el tiempo con la entropía, de forma que la evolución del tiempo se produce siempre en el sentido del incremento de la entropía, o de aumento del grado de desorden. ¿Por qué un vaso cae y se rompe en varios pedazos, y jamás lo vemos reconstruirse desde sus pedazos en él mismo? Parece obvio... O no. El universo tiende a distribuir uniformemente la energía, es decir, a maximizar la entropía, y por eso procesos como el del vaso reconstruyéndose son muy improbables de forma espontánea. De hecho, desde nuestra visión de la cosas, son imposibles.

Nos pasamos la vida luchando, de algún modo, contra la entropía. Todo parece desordenarse de forma espontánea, y tenemos que poner empeño en ordenar nuestro entorno. Parece el paradigma cósmico. Sin embargo, científicos se plantean si no será posible recorrer la flecha entrópica en sentido opuesto, es decir, hacia la disminución de la entropía. Está por ver, pero habría que replantear la segunda ley de la termodinámica, y "pasado", "presente" y "futuro" serían, más que nunca, ilusiones de nuestra mente. 

Dejo un interesante enlace:

http://www.neoteo.com/la-paradoja-de-la-flecha-del-tiempo

Saludos de medianoche.






viernes, 13 de mayo de 2011

Tormentas solares

El pasado 14 de febrero, día de San Valentín, una tormenta solar de dimensiones particularmente grandes llegó a la Tierra. Gracias a los cinturones magnéticos de esta, los efectos sobre las comunicaciones (satélites, GPS, etc.) fueron menores de lo que se habían imaginado. En realidad, fue pura casualidad que los efectos resultaran minimizados, pues los campos magnéticos terrestre y de la llamarada solar estaban alineados, y la tormenta se desvió a los polos.

Lo cierto es que en los próximos meses se esperan cientos de tormentas de este tipo. No en vano estamos en un ciclo de actividad solar máxima, el que hace el número 24 desde que existen registros de estos fenómenos (unos 300 años). Estos ciclos vienen a durar unos 11 años, y entre ellos la actividad solar se ralentiza, como en años anteriores, lo cual puede dar una engañosa sensación de tranquilidad.

Los científicos creen que este ciclo 24 será intenso, con su pico entre 2012 y 2014. Poco más puede predecirse. Pero sí se hace una advertencia: la sociedad occidental es mucho más dependiente de tecnología potencialmente vulnerable a estos fenómenos solares que la del año 2000, en el último ciclo máximo. ¿Qué efectos podría tener una tormenta solar como la "tormenta de San Valentín"? Podrían interrumpirse comunicaciones o quedar inutilizadas centrales eléctricas. Y esto de forma generalizada. ¿Estamos preparados? Tal vez algo. Por ejemplo, los satélites actuales ya pueden resistir ciertas oleadas solares. Pero ¿y en la Tierra? Esperemos que al menos seamos capaces de desconectarlo todo a tiempo.

Dejo un enlace muy interesante:


http://www.abc.es/20110224/ciencia/abci-llamarada-solar-201102240839.html

Saludos.

sábado, 30 de abril de 2011

Teletransporte

¿Será posible que un día el ser humano pueda viajar de manera casi instantánea de un lugar a otro? Lo hemos visto en películas y series de ciencia-ficción. Pero tal vez no sea algo tan ficticio. En recientes experimentos se ha logrado enviar datos de un punto a otro de forma instantánea. Se trataba de paquetes de ondas no clásicas de luz, es decir, transportados sin necesidad de fotones y por lo tanto sin las limitaciones de la velocidad de la luz. Y aunque se trataba de dos puntos muy cercanos, la teoría es que podría llegar a hacerse lo mismo entre dos puntos cualesquiera del universo. Sorprendente, ¿no?

Se ha creado un dispositivo de teletransporte capaz de enviar la información de un lugar a otro sin pérdida de ningún fragmento. Sin duda esto es muy interesante. Es la primera vez que se consigue, y abre las puertas a mayores posibilidades. Pero aún queda mucho por recorrer. Aún estamos en el nivel cuántico, y las personas son otra cosa. Aunque... puede haber una esperanza. Y es que según el científico Luc Montagnier, Premio Nobel de Medicina en 2008, parece que bajo ciertas condiciones el ADN podría proyectar copias de sí mismo por medio de ondas elecromagnéticas. Esas ondas podrían ser recogidas en agua pura y mediante efectos cuánticos crear nanoestructuras idénticas, que acabarían siendo por medio de enzimas replicadoras idénticas al ADN original. Esta teoría ha sido acogido con escepticismo, pero ¿y si resulta cierta?

El tiempo lo dirá. Por ahora, experimentos como el teletransporte de datos que he comentado pueden ser de aplicación en ordenadores cuánticos, en los que la información podría circular por los procesadores en tiempos virtualmente cero. ¿Lo veremos? 

Dejo un par de enlaces:

http://www.abc.es/20110419/ciencia/abci-teletransportan-exito-informacion-entre-201104191700.html

http://www.abc.es/20110124/ciencia/abci-teletransportacion-201101240813.html




miércoles, 20 de abril de 2011

El mar de Aral

En silencio se ha ido consumando un desastre ecológico al que quiero hacer referencia. En Asia Central, en mitad de las estepas, entre Kazajastán y Uzbekistán, existió el que fue el cuarto lago del mundo, un mar en sí mismo por su extensión: el mar de Aral. Existió, pues ya apenas es un recuerdo del pasado. En los años sesenta del siglo XX era el cuarto lago del mundo, con unos 66.000 kilómetros cuadrados de extensión, pleno de pesca y recursos para quienes habitaban a sus orillas. Ahora es una sombra de sí mismo, apenas unas manchas lacustres que han dado paso a más desierto, inviernos y veranos más riguroros en la zona, contaminación y enfermedades para sus habitantes. Como en tantas ocasiones, un progreso mal entendido está en la raíz de una situación que puede ser ya irreversible, aunque hay algunos intentos de recuperar algo, al menos, de lo que fue.

Caminos similares parecen seguir otros lagos de la región de Asia Central, como el Baljash o el Lop Nor. Y otros, como el Mar Caspio o el lago Baikal, en Siberia, ya sufren por la contaminación. La pregunta es hasta cuándo dejaremos que nuestro planeta pague tan alto precio en nombre del falso progreso. Evocaciones de ruta de la seda me llegan cuando pienso en estos lagos y desiertos, y lamento lo que una vez fueron. Ojalá no sea tarde para ellos, pero en ocasiones pienso que la humanidad ya ha decidido, y en los mapas del futuro no aparecen.

Quiero equivocarme.

Saludos para todos.

jueves, 17 de marzo de 2011

El modelo energético

El reciente terremoto de Japón ha irrumpido en un debate que ya comenzó tiempo atrás, al menos en España: el debate sobre el modelo energético. Yo diría que, de hecho, lo ha acrecentado. Se está hablando de energía nuclear, de sus riesgos, del diseño de las centrales, etc. De fondo, lo que subyace es un debate sobre qué modelo energético queremos para nuestra sociedad. Las posturas son encontradas, como tantas y tantas veces. En el fondo, es sencillo. Todos queremos energías "verdes", renovables, limpias; pero la apuesta por ellas (la apuesta firme, quiero decir), no llega. Seguimos siendo muy dependientes de los combustibles fósiles, y de los países y gobernantes que nos los suministran, y la energía nuclear es más segura y limpia de lo que muchos dicen, pero posee un lado oscuro y siniestro que no permite, a mi juicio, apostar por ella por encima de las alternativas que ya están sobre la mesa y que pueden cambiar el mundo, si algún día acabamos de creer en ellas: la energía solar, la eólica, la minihidráulica, la mareomotriz o la geotérmica, la biomasa, las pilas de combustible... Y la fusión nuclear. La gran alternativa.

El debate está ahí. El carbón se agota por momentos. El petróleo no durará para siempre, aunque vivimos como si así fuese. La energía nuclear es clave para muchos países, entre ellos Japón; pero nunca ha gozado ni gozará de simpatía en las opiniones públicas. Se impone un cambio, que no llega. Mientras, no debemos perder la perspectiva, ni olvidar lo pequeños que somos ante la fuerza de la naturaleza. La Tierra nos lo recuerda continuamente.

Saludos.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Las lunas de Saturno

Saturno es el planeta del sistema solar con el mayor número de lunas. Es un planeta único, envuelto por un nítido y gran anillo que lo diferencia de todos los demás de nuestro sistema. Y algunas de sus lunas son tan misteriosas y sorprendentes como pocas. Con anterioridad he hablado de Titán, el segundo satélite en tamaño del sistema solar, un candidato a albergar vida, con una atmósfera muy rica en nitrógeno, ríos y lagos de metano, y una color anaranjado en su cielo. Encélado es una luna mucho más pequeña, en la que se ha descubierto actividad geológica, y un fenómeno sin parangón: enormes géiseres de hielo, hidrocarburos y otras partículas, que emergen hacia el espacio y conforman uno de los anillos de Saturno. Se cree que su superficie es agua helada, calentada por un inesperado y poderoso vulcanismo.

En Rea, la segunda luna del planeta en tamaño, la más grande sin atmósfera, se ha detectado oxígeno en ella, aunque esta es muy tenue. Dione es similar, un cuerpo helado con núcleo rocoso, aunque con cráteres y accidentes más marcados. En Mimas se puede observar un cráter sorprendentemente grande en comparación con el tamaño de la luna. Japeto, por su parte, es una de las más extrañas. Una de sus caras es oscura, y la otra muy brillante. Y aún no se sabe exactamente el porqué...

Y así muchas más lunas, muchas de ellas muy pequeñas, sumamente pequeñas  y virtualmente ocultas entre sus anillos. Como los misterios que encierra el propio Saturno. ¿Sabíais que se han observado auroras allí, como en la Tierra? 

Saludos de madrugada.




miércoles, 16 de febrero de 2011

Lluvia de este mundo, lluvia de otro mundo

En días lluviosos como este, asistimos en nuestro planeta a un fenómeno que se diría único: la precipitación de gotas de agua desde su origen en las nubes. Días grises de invierno como este, o tórridos días de verano, con sus tormentas breves pero intensas, el benefactor elemento, el agua, hace presencia. En efecto, parece un fenómeno único. O no. Porque existe al menos un lugar en el Sistema Solar en el que también hay lluvia. Se trata de Titán, la gran luna de Saturno, el segundo satélite en tamaño del Sistema Solar. Allí, la lluvia no es de agua, sino de metano, y se cree que es la artífice de lo que parecen cauces fluviales y lagos. Por supuesto, según los indicios, también habría nubes, de vapor de metano. Se llega incluso a hablar de un "ciclo del metano", equivalente al ciclo del agua de la Tierra. Una vez más, Titán muestra sus similitudes con muestro planeta.

Pero hay algo si cabe más sorprendente en el Sistema Solar, sin ir muy lejos de Titán. En Encélado, una pequeña luna interior de Saturno, se han localizado enormes columnas de vapor de agua y hielo emergentes a modo de géiseres en zonas del polo sur conocidas como "rayas de tigre". Estas columnas se elevan desde la superficie del satélite hacia el universo, y conforman uno de los más espectaculares anillos de su planeta. Es una lluvia de otro mundo, pero al revés.

Ahora se cree que bajo la superficie de Encélado puede haber un océano helado, o hielo, y algún fenómeno de vulcanismo. Además, la sonda Cassini determinó que el vapor de agua eyectado contenía hidrocarburos. Compuestos orgánicos, agua, vulcanismo. Otro candidato para albergar vida. La lluvia de este mundo puede no ser solo de este mundo.

miércoles, 2 de febrero de 2011

El oscurecimiento global

Se conoce con este nombre a la reducción de la cantidad de radiación solar que llega a la superficie terrestre. Es un fenómeno que se viene observando desde los años cincuenta del siglo pasado y que, más allá de su siniestra denominación, esconde una situación cuyas consecuencias no están claras aún. Bastante más claras están las causas. Al parecer, se debería a la acumulación de partículas contaminantes, hollín, etc., procedentes de industrias, calefacciones, transportes. Estas partículas quedarían en las nubes, y provocarían que estas, en términos generales, devuelvan más luz solar al espacio.

Las consecuencias son imprevisibles. Se cree que este fenómeno, enmascarador del calentamiento global, puede ser el responsable de distintas contingencias climáticas. Así, determinadas sequías en África durante décadas, las cuales han desembocado en hambrunas, podrían deberse a este oscurecimiento, al igual que anómalos cambios en los monzones, y otros muchos potenciales efectos. 

En un mundo de enormes metrópolis contaminadoras, en las que se exige a los países emergentes crecer más y más para ser "nuevos ricos", perpetuando, posiblemente, un error, un progreso mal entendido, conviene preguntarse: ¿cuándo seremos conscientes de verdad del cuidado que debemos a la Tierra a cambio de todo lo que ella puede darnos?

Saludos nocturnos.

viernes, 21 de enero de 2011

Imágenes del pasado

Resulta sorprendente comprender, tras alguna reflexión, que las imágenes que percibimos pertenecen al pasado. En efecto, la velocidad de la luz es muy elevada, 300.000 km/s, pero no infinita, y así, tarda un tiempo finito, no nulo, en recorrer el espacio. Bien es cierto que en nuestra vida, en  nuestro pequeño planeta Tierra, ese tiempo es absolutamente irrelevante, y las imágenes que recibimos configuran, entonces, nuestro presente. Ese tiempo, no obstante, sí es relevante en las grandes distancias del universo. Así, cuando nos llega una imagen desde el cosmos, ya ha pertenece al pasado. Cuando contemplamos una estrella situada, tal vez, a miles o millones de años-luz, puede que ya no exista. Aquel que contemple una supernova no contempla sino el explosivo e increíble final de una estrella masiva, acontecido cientos, miles o millones de años antes, mientras que allá donde gravitaba el astro puede que no exista más que una nube de polvo y gas. O un nuevo sistema planetario, tal vez habitado...


Podemos encadenar reflexiones, cada uno hasta donde quiera. Eso sí, creo que a partir de ahora debemos pensar, al menos algún momento, que esa imagen que contemplamos de nosotros en el espejo es lo que fuimos un instante antes.

Saludos.

martes, 11 de enero de 2011

El cerebro

Es el órgano más complejo del cuerpo humano. A veces pienso que sus misterios están a la altura de los que nos reserva el universo. ¿Qué os parece? Al igual que casi todo está por conocer en el cosmos, en el cerebro aguardan sorpresas y descubrimientos. Es el órgano en el que residen nuestras capacidades creativas, nuestra capacidad analítica y lógica, la visión espacial, la inteligencia, el lenguaje, la capacidad de escuchar música, de recordar, de elaborar pensamientos, de amar y sentir placer, de soñar. Es un órgano poderoso, sin duda, capaz de hacernos sobrevivir en situaciones extremas, sin que seamos conscientes de ello, lanzando las oportunas órdenes para reducir el dolor o comenzar a utilizar las reservas de nutrientes del organismo. Mucho en no demasiados gramos, y unas cuantas circunvoluciones. Millones de neuronas. Aunque es mucho más que todo eso, sin duda. ¿Llegaremos a comprenderlo en su totalidad?


Un saludo post-navideño.