jueves, 28 de noviembre de 2013

Mares y océanos

El planeta Tierra es realmente un planeta de agua. Más del 70% de la superficie de nuestro mundo está cubierta por mares y océanos, que constituyen el 96% del agua en él. Además, se estima que entre un 50% y un 80% de la vida la albergan estos mares y océanos. Muchos son sobradamente conocidos: oceáno Atlántico, océano Pacífico, mar Mediterráneo, mar del Norte...

Cinco océanos y gran cantidad de mares en ellos. Joyas que hacen de la Tierra un lugar único cuando menos en el sistema solar; y, sin embargo, distintas amenazas como la contaminación o el calentamiento global se ciernen sobre ellos y sobre nosotros, sin ser conscientes, demasiado ocupados en nuestros problemas cotidianos o, lo que es peor, sin que importe. El efecto regulador en el clima de los oceános y las corrientes oceánicas es conocido, y no hablemos de las consecuencias que puede tener el deshielo y una subida del nivel de todos los oceános a nivel global (no solo del Ártico o el Antártico). En cuanto a la contaminación, son distintos los grandes derrames de petróleo en las últimas décadas, así como el vertido de basuras como bolsas de plástico u otros residuos con los que no sabemos qué hacer, por no hablar de lo que arrastran los ríos en su camino. Como siempre, la situación es mucho más seria en los países en vías de desarrollo (China, por ejemplo), o en los del tercer mundo, donde las implicaciones en forma de enfermedades o mala calidad de vida, dificultades para las cosechas, etc. son mucho más que una posibilidad un hecho.

La Asamblea General de las Naciones Unidas estableció en 2008 que, a partir de 2009, el día 8 de junio fuera el Día Mundial de los Oceános. Puede que esto no sirva de mucho, pero es al menos un aviso, un llamamiento y un recordatorio. Los mares y océanos están ahí no para ofrecernos playas, ni mucho menos, sino como grandes garantes de un delicado equilibrio medioambiental que por momentos se tambalea, y esto no es imaginación.

Dejo un par de enlaces:



Un saludo.

sábado, 19 de octubre de 2013

Astrobiología

La astrobiología es una disciplina científica que se ocupa de estudiar el origen y existencia de vida en el conjunto del Universo, también en la Tierra. Dentro de la astrobiología, la exobiología se ocupa específicamente de estudiar las posibilidades de vida extraterrestre.

En esta disciplina se aúnan, como no puede ser de otro modo, la astrofísica, la biología o la geología, y se auxilia de la matemática, la estadística o la informática, para tratar de llegar a conclusiones fehacientes. A día de hoy, no se ha hallado evidencia que muestre la existencia de vida fuera de la Tierra, aunque numerosos lugares candidatos, dentro y fuera del sistema solar, esperan que seamos capaces de profundizar en su conocimiento. Es esta, pues, una rama científica con amplias perspectivas de poderse desarrollar, siempre desde el máximo rigor, y que cuenta con cierta popularidad (aunque no se la cite por su nombre), principalmente en lo que se refiere al planeta Marte, su exploración y las noticias que genera.

Es una ciencia con un alto componente de trascendencia. Busca respuesta a grandes preguntas: ¿qué es la vida?, ¿cómo surgió la vida en la Tierra?,¿cómo puede evolucionar la vida en la Tierra?, ¿cómo puede evolucionar la vida?, ¿hay vida extraterrestre? Grandes preguntas, y la respuesta puede ser microscópica en algún caso. Las esperanzas se centran especialmente en algún organismo unicelular, bacterias, etc., sin dejar de creer que puede haber algo más. Científicos como Carl Sagan ya imaginaron sorprendentes habitantes en Júpiter o en otros planetas, y la vista se dirige a lugares donde se cree puede haber agua líquida, Marte, Europa, Encélado, o importantes atmósferas y "ecosistemas" equivalentes, como Titán.

La astrobiología trata de avanzar, y puede que algún día logre que la ciencia-ficción sea realidad. Puede haber algo de miedo, el miedo a lo desconocido, a lo que se puede encontrar; pero es inevitable querer saber algo más y, acaso, saber que hay vida fuera de la Tierra, más allá de que cierta lógica y la probabilidad digan que tiene que haberla...

Un saludo de sábado tarde.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Profundidades abisales


Desde el punto de vista del ser humano, puede decirse que todos los lugares fuera de la Tierra son extremos. Pero, realmente, no debemos viajar muy lejos para hallar esos lugares. Los hay en la Tierra. Uno de ellos lo conforman las profundidades abisales, esas grandes profundidades oceánicas donde la luz solar no llega y donde, en contra de lo que la razón indicaría, se desarrolla una fauna propia, peculiar y sorprendente. Se encuentran peces de apariencias frecuentemente monstruosas, desde luego muy distintas a las de los que más conocemos. También, invertebrados como arañas de mar, pólipos o esponjas, de gran tamaño: de hecho se dan fenómenos de gigantismo.

Lo que no existe en estas zonas, que en conjunto cubren más del 70% de todos los océanos, son algas verdes que realicen la fotosíntesis. Llegan detritos de las zonas superiores, y en las chimeneas de las zonas volcánicas submarinas se da quimiosíntesis por bacterias. Tal vez increíble, pero la vida se abre camino de un modo u otro.

En ocasiones, las llanuras oceánicas se hunden en fosas abisales, de varios kilómetros de profundidad, y allí lo extremo se hace ya difícilmente imaginable. Aunque no hay límites para la imaginación, y acaso tampoco para la vida.

Saludos desde tierra firme, al menos por ahora.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Los cinturones de Van Allen

El Sol es un astro benefactor, pero también pueden ser letal. Su potencial poder destructivo es casi inimaginable; pero convivimos con él, al menos por ahora y hasta dentro de unos 5000 millones de años, de una manera razonablemente armoniosa. Podríamos decir que este amable equilibrio se lo debemos al campo magnético de la Tierra, el cual, a modo de escudo, desvía e impide que las partículas altamente energéticas procedentes del Sol (el viento solar) atraviesen la atmósfera de nuestro planeta, lleguen a la superficie y tengan consecuencias fatales para la vida a corto y medio plazo. 

Se conoce como magnetosfera la región alrededor del planeta donde las partículas cósmicas quedan concentradas y son desviadas. En ella destacan los cinturones de Van Allen como zonas en forma de anillo toroidal en las que se da circulación de protones y electrones, en grandes cantidades, entre los polos terrestres. Esas partículas quedan detenidas en los cinturones, y en los polos, al llegar a la alta atmósfera, generarán el fenómeno de las auroras, boreales o australes. Pero no hay peligro. La vida queda salvaguardada, gracias al movimiento de rotación de la Tierra, que genera el campo magnético.

No solo nuestro planeta posee magnetosfera. Todos los planetas con campo magnético la tienen: Mercurio, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno. Incluso algunos satélites. En Marte, una de las hipótesis para explicar la ausencia de vida es que en un momento dado de su historia se detuvo el núcleo. Así, el campo magnético se haría tan débil como es actualmente, y al no poder retener las poderosas radiaciones solares y cósmicas, la vida se vio, probablemente, abocada a su fin, y cambió la fisonomía del que, aun así, es candidato para albergarla.

Un saludo.

martes, 6 de agosto de 2013

Energía geotérmica

La energía geotérmica es aquella que tiene su origen en el calor interior de la Tierra. Es una gran desconocida, probablemente, pero sin duda cuenta con un alto potencial de desarrollo y expectativas de futuro. Se trata de aprovechar, por distintas técnicas, las capas de agua profundas calentadas por ese calor interior y que se manifiestan en superficie como vapores, géiseres, fuentes termales... O también, bolsas de magma o suelos calientes. 

Fenómenos como el vulcanismo o la actividad sísmica dan cuenta del poder interior de la Tierra. Desde siempre este ha sido aprovechado, aunque es en los últimos tiempos cuando se está convirtiendo en una alternativa más a los combustibles fósiles. Destaca especialmente su utilización en Islandia, y también en Italia, Estados Unidos o Nueva Zelanda. Es fácil comprender que su explotación es mucho más factible en lugares con alta actividad geológica; pero de cualquier modo no debe ser desdeñada, si no a gran escala, sí para pequeñas aplicaciones, como climatización o calentamiento de espacios (granjas, industrias, balnearios, invernaderos...).

Si nos lo proponemos, disponemos de recursos sostenibles mucho más al alcance de la mano de lo que imaginamos. La Tierra, el Sol, el universo en definitiva pueden serlo.

Un saludo.

miércoles, 3 de julio de 2013

Ciclos solares

El Sol es una estrella estable que quemará su combustible, se cree, hasta dentro de unos 5000 millones de años. La emisión de esta ingente energía está sometida a variaciones y ciclos que se denominan ciclos solares. Se trata de períodos de unos 11 años en los que varía la cantidad de manchas y protuberancias (erupciones) solares. Realmente el ciclo solar completo es de 22 años, pues cada 11 se invierte la polaridad del campo magnético de la estrella.

La serie de ciclos solares comenzó a registrarse en 1755, y actualmente nos encontramos en el ciclo 24. Hay mucha controversia sobre su intensidad,  y lo cierto es que han sido ya bastantes las grandes erupciones que han puesto en jaque a los satélites y sistemas de comunicaciones desde que comenzara, allá por 2008. Este es el principal ámbito para el que interesa conocer todo lo posible este fenómeno. Hasta el momento los mecanismos que rigen los ciclos solares presentan bastantes sombras (y no es un juego de palabras). Además de los posibles efectos en tecnología o comunicaciones, se cree que, de algún modo, los ciclos solares pueden estar asociados con el clima en la Tierra, si bien el mecanismo no está claro. Algunos ciclos solares de mayor duración parecen influir más significativamente, como lo que sucedió de 1645 a 1715, una época en que los inviernos fueron especialmente crudos y así quedó registrado, coincidiendo con la práctica desaparición de las manchas solares (mínimo de Maunder).

Tenemos aquí un ejemplo de las muchas incógnitas que persisten sobre el universo, en muchos frentes, y por eso la investigación sigue viva.

Un saludo.

lunes, 17 de junio de 2013

Modelado en el sistema solar

Las fuerzas geológica no solo realizan su trabajo de modelado en la Tierra. En el sistema solar encontramos significativos ejemplos de mundos activos. En cuanto a planetas, se sabe del importante efecto de los vientos sobre la superficie de Marte. En este mundo, el gran contraste de temperatura entre el día y la noche genera un fuerte impacto erosivo sobre las rocas que lo jalonan. Cabe considerar también las distintas reacciones químicas entre la atmósfera del planeta y el suelo. Agua y hielo también tienen sus efectos, aunque en escala mucho menor que en la Tierra, obviamente.

Venus es un mundo muy distinto, y allí no existe agua que pueda generar efectos físicos o químicos. En cambio, su densa atmósfera reacciona con el suelo, y además existe lluvia ácida. Por otro lado, se han observado dunas removidas por los vientos. Es un mundo inhóspito, terrible, pero activo. Existe actividad volcánica, y los volcanes también modelan aquel mundo. En Marte, esto parece ser historia, aunque hay ciertos indicios de que podría haber aún actividad volcánica.

Por lo que se refiere a los satélites, en Ío, luna de Júpiter, destaca su conocida actividad volcánica. En Encélado, luna de Saturno, inmensos géiseres se despliegan hacia el cosmos, y se evidencia creación de materiales en zonas similares a las cordilleras oceánicas de la Tierra, así como fenómenos de vulcanismo. También hay vulcanismo y géiseres en Tritón, luna de Neptuno.

En Titán el metano hace el papel del agua en la Tierra; y así, se habla de ciclo del metano, hay ríos y lagos de metano, lluvia de metano, incluso dunas creadas por vientos en superficie debido a las mareas generadas en su atmósfera por la gravedad de Saturno. Se sugiere incluso la presencia de modelado kárstico. Es algo realmente sorprendente, y cada descubrimiento sobre este mundo hace que crezca el interés en él.

Para concluir, y casi como complemento, hay un efecto de modelado, que es externo, no interno, y que merece ser destacado por su importancia: el impacto de meteoritos. Al margen de lo que sucede de tiempo en tiempo en la Tierra, hay mundos modelados por impactos de meteoritos, y así lo demuestran los cráteres de sus superficies: la Luna, Mercurio, Marte, Ganímedes, Calisto...

Un saludo.

miércoles, 5 de junio de 2013

El modelado de la Tierra

Desde el comienzo de los tiempos, los agentes físicos y químicos han modelado la faz de la Tierra para dar lugar al mundo que conocemos. Y no solo su faz, su superficie; también su interior.

Agua y viento son probablemente los agentes más conocidos, así como sus efectos principales: meteorización, erosión, transporte, sedimentación. Hielo, lluvia, ríos, arroyos, torrentes son formas en que el agua puede arrancar materiales, arrastar y modelar. Así, el hielo depositado en las grietas de las rocas puede romperlas; o qué decir de los glaciares y su lento y poderoso movimiento. En ocasiones se habla de modelado kárstico, para hacer referencia a la erosión que las aguas subterráneas provocan en las entrañas de la Tierra, creando cuevas, estalactitas, estalagmitas, columnas y cualesquiera increíbles formaciones.

Algunos agentes son más insospechados. Las erupciones volcánicas generan ingentes cantidades de lava y materiales que modelan de una manera brutal la faz de la Tierra. Es un modelado distinto. Agua y viento actúan de manera lenta, constante, a lo largo de años. Los volcanes limitan su efecto, normalmente, a un tiempo concreto, aunque es una acción más intensa.

El efecto de la gravedad o de las mareas, la distribución de la vegetación e incluso las actividades humanas son también dignos de consideración. Particularmente este último efecto cada vez más. Poco a poco el ser humano tiene más poder sobre la Tierra, así que esperemos que aprenda a tratarla como merece, mucho más que actualmente.

Saludos de medianoche.

domingo, 28 de abril de 2013

Constantes en el universo

El universo en que habitamos es un lugar sorprendente y muy desconocido. Se rige por unas leyes físicas en las que las auténticas protagonistas son unos números, unas constantes que determinan cómo son las cosas.  Con otros valores, quién sabe qué universo tendríamos, de ser posible alguno, y sobre esto se ha teorizado bastante. Unas son más conocidas, otras no tanto. Encontramos desde las más recurrentes, como pi o e, o el número imaginario i, habituales de las matemáticas, a las constantes universales como la constante de gravitación universal G, o la velocidad de la luz en el vacío, c,  el valor de la carga elemental, etc. Y más aún: la impedancia del vacío, la permeabilidad magnética o la permeabilidad del vacío, la aceleración de la gravedad en la superficie de la Tierra, g; el número de Avogadro; la constante de los gases ideales, R... La expansión del universo también se rige por una constante, la constante de Hubble.

Ciertamente, los seres humanos somos más que leyes físicas o matemáticas. Hay emociones, sentimientos, intuición, incertidumbre, decisiones... Y poco a poco empieza la conexión con la maravilla que es el cerebro y su posible descripción en términos empíricos como un órgano en el que los procesos bioquímicos conforman nuestro día a día, aunque muchas veces no seamos conscientes de ello. Así, somos naturaleza, universo, leyes físicas, químicas, matemáticas, aunque nunca jamás olvidemos el corazón.

Un saludo a todos.

sábado, 13 de abril de 2013

Viaje más allá del sistema solar

Quizás el más grande viaje que ha concebido la humanidad, y desde luego uno de los más grandes, es el que protagonizan las dos sondas Voyager desde 1977. La Voyager 1 lleva ventaja, y así será hasta que ambas agoten sus respectivos combustibles, pero lo cierto es que ambos viajes son memorables. Voyager 1 es el objeto construido por el ser humano que más lejos de la Tierra está llegando, y semanas atrás hubo cierta controversia sobre si habría salido de la heliopausa, la región que se considera frontera del sistema solar. Es esta una región donde se entiende que el viento solar se une al medio interestelar y a los vientos de otras estrellas, perdiendo poco a poco su preponderancia. Parece que no ha sido así, que aún prosigue en la heliopausa, pero tarde o temprano saldrá, y entonces se adentrará en el espacio interestelar, más allá del sistema solar. ¿Qué hallará? ¿Qué datos e informaciones proporcionará? La imaginación admite muchos escenarios. Por primera vez en nuestra historia "veremos" qué hay más allá de la vecindad.

La sonda Voyager 1 alcanzó la heliopausa en 2004, y Voyager 2 llegó en 2007. Si bien esta segunda fue lanzada algo antes, será la Voyager 1, si todo transcurre como se espera, el primer objeto lanzado desde la Tierra en superar los límites del sistema solar. Se confía en que sus generadores de radioisótopos les proporcionen energía hasta al menos 2025, tal vez incluso hasta 2030. Más, mucho más seguramente, es lo que queda para que viajes semejantes los aborde el propio ser humano y no sus construcciones, pero ello no impide el reconocimiento para esta gran misión Voyager, que tanta información ha brindado sobre el sistema solar y puede brindarnos aún sobre la galaxia que lo contiene.

Dejo unos enlaces de interés:

http://www.abc.es/20110616/ciencia/abci-nave-voyager-punto-entrar-201106160915.html
http://www.abc.es/20120618/ciencia/abci-voyager-cruza-otro-lado-201206181116.html

Un saludo.

sábado, 23 de marzo de 2013

Las cuatro estaciones

Este pasado miércoles comenzó la primavera, una de las cuatro estaciones en que dividimos el calendario, el tiempo anual, y, en definitiva, el viaje de traslación de la Tierra alrededor del Sol. Ha arrancado más bien tímidamente, pero ahí está, y ¿estará? En principio, afirmaríamos, y la esperaríamos año tras año. Es lo natural y lo que conocemos. Sin embargo, para algunos, uno de los efectos más destacados del cambio climático puede ser la desaparación de las dos estaciones "intermedias", primavera y otoño, en beneficio de las más extremas, verano e invierno. En otras palabras, un calentamiento global consecuencia (o reflejo) de un cambio climático, podría implicar transiciones más bruscas del calor al frío de las que conocemos, sin períodos de cambio gradual.

Las consecuencias de este hecho son muy variadas, y más relevantes de lo que parecen. Supondrían, probablemente, dificultades de adaptación para numerosas especies animales, y sobre todo vegetales. Se alterarían sus ritmos, ¿y qué implicaciones pueden tener estas alteraciones? Se está estudiando, mientras se sigue advirtiendo que hay un conjunto de evidencias que señalan cambios en el clima detrás de los cuales estaría la mano del hombre.

Las cuatro estaciones son algo conocido, natural en las zonas templadas de ambos hemisferios terrestres. En las zonas tropicales o ecuatoriales más bien habría que hablar de dos estaciones o períodos marcados, por ejemplo estación de lluvias y estación seca. Así, la posibilidad de aumento de temperaturas medias en zonas templadas encaja con esa pérdida de estaciones intermedias, para parecerse a estas otras regiones. Algo que también estaría en consonancia con el crecimiento constatado de distintos desiertos (especialmente el Sáhara).

Así que una primavera o un otoño más fríos o cálidos de lo habitual pueden ser algo normal, pero será bueno pensar todo lo posible en el futuro de nuestro planeta.


Un saludo.

viernes, 8 de marzo de 2013

Viajes espaciales

Hasta la fecha, el ser humano ha logrado dejar su huella, literalmente, en un único lugar del Sistema Solar, aparte de la Tierra, y es su satélite, la Luna. Comparativamente con otros mundos, era esta con diferencia la aventura más asequible, sin restarle un ápice de mérito. Muchos han sido desde antes de ese logro los que han soñado con los viajes espaciales, y más lejos, desde luego. Lo que durante mucho tiempo fue poco más que ciencia-ficción ha ido cobrando fuerza con el paso de los años y el progreso de la técnica. El objetivo más atractivo parece ser Marte, y los más optimistas sitúan la llegada del hombre allí en un futuro no demasiado lejano, tal vez 2030. Se trata de un reto que excede con creces el viaje a la Luna, y la coyuntura económica o la falta de decisión política pueden demorar el salto. De cualquier forma, parece que será algo que ocurrirá, tarde o temprano.

Otros mundos aguardan también nuestra visita, pero pasará mucho más tiempo hasta que puedan llegar a ellos misiones tripuladas: Júpiter, Saturno, Europa, Encélado, Titán... La imaginación es nuestro vehículo hasta entonces. 

Hay otros viajes que ya están aquí mismo. Se han hecho unos cuantos ya a la Estación Espacial Internacional. No solo astronautas, también algún turista, a cambio de sustanciales sumas de dinero. Y parece que estos viajes turísticos pueden ir a más en muy breve plazo de tiempo, a cambio, de nuevo, de los correspondientes desembolsos dinerarios. Algo frívolo, probablemente; pero también una forma de adquirir una experiencia para el futuro. Y quién sabe si este no se hallará más cerca de lo que pensamos.

Saludos nocturnos.


domingo, 24 de febrero de 2013

Meteoritos y probabilidades cósmicas

El pasado viernes día 15 de este mes de febrero un meteorito, 2012 DA14, pasó a unos 27000 km de la Tierra, y otro llegó a impactar en Rusia, en la ciudad de Cheliábinsk, con cientos de heridos como consecuencia más grave. En un mismo día la casualidad cósmica dio lugar a estos dos hechos, no relacionados, al parecer. Es verdad que la Tierra recibe con cierta frecuencia el impacto de pequeños trozos de meteorito que logran superar la atmósfera, y son más los cuerpos que la bombardean desde diversas regiones del Sistema Solar. No obstante, el citado día debe remarcarse como fuera de lo común, y nos hace preguntarnos: ¿qué posibilidades existen de que un meteorito de dimensiones grandes llegue a la superficie terrestre? Muy pequeñas, por suerte, pero no nulas, y conviene estar alertas. De hecho hay personas que han convertido esta vigilancia en una afición, o si cabe algo más, en colaboración con astrónomos y centros de astronomía. Un objeto no especialmente grande ya puede dar lugar a graves consecuencias, como pudimos comprobar en los Urales el citado día 15, así que no imaginemos lo que pueden crear otros mayores.

A raíz de los últimos acontecimientos, ha reaparecido con fuerza el nombre del asteroide Apophis. Al parecer, tampoco impactará, en 2029 ni 2036. Eso sí, se estima que en la primera de esas fechas se acercará mucho, a poco más de 31000 km. ¿Estaremos por entonces más preparados para destruir o desviar un objeto de tales dimensiones? Tal vez no en ese caso, pero sí en otros. Se cree que en la historia de la Tierra el impacto de meteoritos ha provocado extinciones masivas, y estamos avisados. Es una probabilidad muy baja, y podemos vivir tranquilos, pero no conviene ignorar una amenza real de un universo hostil.

Un saludo.

sábado, 9 de febrero de 2013

Distintos escenarios para la vida

Estamos acostumbrados a los distintos ecosistemas que en la Tierra dan soporte a la vida, a las diferentes especies, tanto vegetales como animales. Selvas, bosques, praderas, sabanas, desiertos, zonas polares, fondos oceánicos, plataformas litorales... Todos ellos y muchos otros conforman hábitats tan variados como los seres que los pueblan. En ocasiones son extremos, y se habla de extremófilos, organismos capaces de colonizar los hábitats en apariencia más inhóspitos y menos propicios para la vida. ¿Y fuera de la Tierra? ¿Podemos imaginar los diferentes ecosistemas de otros mundos que podrían albergar vida? Lo cierto es que cada vez se descubren más planetas fuera del Sistema Solar, y son tan altas las probabilidades de que alguno contenga vida que la imaginación se dispara. También dentro del Sistema Solar hay algunas opciones. ¿Dónde podría medrar la vida? Tal vez en la atmósfera de gigantes gaseosos, como criaturas flotantes, o en océanos de mundos helados, en lagos de metano o de hidrocarburos, en los resquicios de las rocas, en el interior de cuevas u oquedades, o en vastas planicies sometidas a la radiación estelar o a los vientos. Cada uno podría aportar una visión. Cualquiera de ellos es en apariencia más inhóspito que los de nuestra Tierra, pero la vida puede no conocer límites, y ser en otros rincones del cosmos muy diferente a la que conocemos. O tal vez sorprendentemente semejante. Muchas preguntas, y nosotros podemos aportar al menos escenarios a los que dejar ir la imaginación.

Saludos de sábado noche.

martes, 29 de enero de 2013

Nuevos materiales

Los avances tecnológicos se dan en múltiples ámbitos, y frecuentemente se habla de aceleración tecnológica para definir un tiempo en el que con suma rapidez unos cambios desencadenan otros. De todos esos campos, algunos pasan más desapercibidos, y no por ello tienen menos repercusión en nuestro día a día. Es el caso de las investigaciones para desarrollar nuevos materiales. Aquí podríamos hablar de tejidos que repelen el agua o resisten mejor el frío, o de nuevos materiales magnéticos o superconductores. Más en relación con la electrónica, destaca el grafeno, material derivado del carbono con numerosas propiedades que han llamado la atención de aquella industria, particularmente para su introducción en los circuitos integrados. Por analogía, también se habla del siliceno, derivado del silicio. Parece ser que este segundo gozaría si cabe de preferencia frente al primero para la industria, aunque tanto en un caso como en otro casi todo está por venir.

Es cierto que detrás de estos materiales y de muchos otros hay una industria que trata de explotarlos y de sacar un rendimiento de mercado. No obstante, en bastantes casos también se trata de avances de relevancia que pueden conducir a un mundo mejor. Esperemos que el altruismo no sucumba irremediable e inevitablemente a intereses comerciales y que muchas personas puedan beneficiarse de verdad de estos nuevos y mejores materiales, en cualesquiera de sus productos finales.

Un saludo.

viernes, 18 de enero de 2013

Teorías del cambio climático


Es habitual ya escuchar en los medios de comunicación referencias a posibles efectos causales entre los episodios del clima que van aconteciendo y el cambio climático. Una de las últimas ocasiones se ha dado estos días. Transcurre el verano austral, y las temperaturas en Australia son desmesuradamente altas. Y, como siempre, se repiten los descomunales incendios, particularmente en la isla de Tasmania. Vincular episodios concretos a un posible cambio climático es algo arriesgado. No obstante, parece cada vez más claro que el clima está cambiando, o está siendo cambiado, y en muy poco tiempo, lo que es el peor aspecto de esta situación; no el cambio en sí, sino su rapidez, la cual llevará, a juicio de los científicos, a que no pocas especies sean incapaces de adaptarse.

Contaminación industrial, vehículos en cantidades ingentes, sobreexplotación maderera... La lista de agentes responsables puede ser larga. Como lo son sus efectos: aumento de temperaturas medias, deshielos en zonas polares y desaparición de glaciares, subida del nivel del mar... Hay quienes consideran que uno de los efectos más visibles del cambio climático podría ser la desaparición de las estaciones intermedias y más suaves, primavera y otoño, y solo quedarían invierno y verano, que serían más extremos. ¿Es esto lo que sucede en Australia, y apenas lo intuimos? Tal vez ya lo atisbamos en muchos lugares. Para algunos, a la larga hará más y más calor, en un calentamiento global. Para otros, tras el calentamiento puede sobrevenir un enfriamiento global, como ya ha sucedido en otras eras de la Tierra. ¿Quién tendrá razón? En este caso mejor sería equivocarse todos, para que nuestro planeta siga gozando de sus generosas condiciones de habitabilidad. El ser humano parece empeñado en algo distinto, aunque al menos poco a poco comprendemos que solo debemos resignarnos y prepararnos para un cambio climático natural, no para aquel que esté en nuestra mano evitar.

Un saludo.