martes, 19 de junio de 2012

Chatarra espacial

La exploración del espacio es uno de los grandes hitos en la corta historia de la humanidad. Representa uno de los mayores éxitos para la ciencia y la tecnología. Gracias a estos avances, sabemos qué hay más allá de nuestro planeta, muy lejos, y en él mismo, pues también hemos aprendido a observar y analizar la Tierra.

Para estas tareas, resultan imprescindibles los satélites. Pero cuando dejan de ser útiles o se averían, entre otras posibles causas, quedan orbitando alrededor de la Tierra como basura espacial. Una chatarra muy cara, no exenta de problemas. Por ejemplo, en forma de colisiones con satélites que sí estén operativos, o, lo que es peor, poniendo en riesgo lanzamientos de misiones tripuladas. Porque, si bien algunos de estos restos son sumamente pequeños, como partículas de polvo o pintura, alcanzan velocidades muy elevadas, y el riesgo potencial asociado es, en consecuencia, alto.

Con al aumento de la exploración espacial, es de suponer que la chatarra espacial aumentará, y los riesgos también. Es un problema ya existente, al que se buscan soluciones. La Estación Espacial Internacional está blindada, pero seguramente no es perfecta. Y, en todo caso, estaría bien no convertir la órbita de la Tierra en un basurero flotante, más de lo que es ya, y reducirlo o eliminarlo a ser posible. Generamos ya demasiada basura aquí abajo, y es este otro problema a resolver y en el que pensar todos.

Saludos esperanzados.

jueves, 7 de junio de 2012

Superconductores

Vayamos por pasos. Los conductores son materiales que ofrecen baja resistencia al paso de la corriente eléctrica. Conocemos, sobre todo, los metales. Por su parte, los semiconductores son materiales que se comportan como conductores o como aislantes, en función de distintos factores. Es el caso, por ejemplo, del silicio. Pero ¿y los superconductores? Los superconductores van más allá: permiten el paso de corriente eléctrica sin resistencia ni pérdida de energía en determinadas condiciones, particularmente al caer la temperatura por debajo de cierto valor.

Las aplicaciones que ha encontrado la ciencia para estos materiales son varias. Destaca sobre todo la creación de potentes electroimanes, en transporte por levitación (trenes), aparatos de resonancia magnética nuclear en hospitales o aceleradores de partículas, circuitos digitales y estaciones de telefonía móvil. O incluso algunas más sutiles, como en la industria, para separar partículas más y menos magnéticas. Así pues, estos materiales parecen mucho más presentes en nuestra vida de lo que pudiéramos imaginar. Y en el futuro pueden aparecer, y aparecerán, nuevos campos. La física aún reserva secretos por desvelar.

Saludos nocturnos.