martes, 13 de diciembre de 2011

Kepler-22b

En la incesante búsqueda de vida fuera de la Tierra, este es el más reciente candidato. Kepler-22b es un exoplaneta que gira en torno a la estrella tipo G Kepler 22, a 600 años luz de nuestro planeta. Al parecer, su órbita se sitúa en la denominada zona de habitabilidad, y puede reunir, según los datos recogidos, agua y temperatura y atmósfera adecuadas.

Del análisis de los datos, que sitúan la probable temperatura media de la superficie entre 22 y 27 ºC, se desprende que este es, a día de hoy, el mejor candidato para albergar vida, por delante de otros como Gliese 581 g. No obstante, este nuevo planeta parece ser unas dos veces superior en tamaño a la Tierra, y por lo tanto su composición bien pudiera ser distinta, más parecida, por ejemplo, a la de Neptuno. Eso sí, mucho más cálido que este.

Siempre nos movemos en el terreno de las hipótesis. Pero la imaginación puede ir más lejos, y hacerse preguntas. ¿Llegaremos a confirmar la existencia de vida en alguno de estos mundos? Nos acercamos, aunque sea desde nuestros telescopios y centros de investigación. ¿Cómo será? De algún modo, siempre pensamos en formas de vida basadas en el agua y el carbono, en condiciones similares a las que conocemos. Sin embargo, pueden existir otros conceptos de vida, otras bases para la misma, y nos acercamos, reducimos distancias, poco a poco. 

¿Cuál será el siguiente candidato para albergar vida? ¿Superará en opciones a Kepler-22b?

Saludos de madrugada.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Una ventana al universo

Vivimos un tiempo de numerosos problemas en nuestra casa, la Tierra. Agitación política, dificultades económicas, fenómenos naturales de consecuencias devastadoras... Son problemas a resolver, hasta donde sea posible, y la humanidad no parece haber hecho sus deberes, al menos hasta ahora. Pero imaginemos, a modo de respiro, que nuestra casa, la Tierra, poseyera una ventana, y que desde esa ventana pudiera contemplarse el universo, del mismo modo que desde la ventana de una cabaña en un bosque se podrían contemplar montañas, arroyos o frondosos gigantes arbóreos. ¿Qué veríamos? Pensemos: innumerables estrellas, de diversos colores aparentes y brillos, acaso galaxias, nebulosas, o algún planeta con sus satélites, o en solitario. Es un lienzo que puede soñarse o imaginarse, al que nos acercan un poco los modernos telescopios, que nos han aportado visiones novedosas y prácticamente increíbles, de lo más cercano a nosotros, y de lo más lejano, los confines del cosmos, con sus quásares y sus radiaciones gamma. Son dos panoramas distintos, pero compatibles. Porque compatible es tratar de comprender los misterios del universo, las razones físicas que lo gobiernan, y los retos y necesidades que plantea nuestro planeta, también para comprenderlo mejor, para respetarlo más que hasta ahora, y así lograr una mejor vida para todos sus habitantes, que son también habitantes del cosmos.


Saludos.