sábado, 21 de septiembre de 2013

Profundidades abisales


Desde el punto de vista del ser humano, puede decirse que todos los lugares fuera de la Tierra son extremos. Pero, realmente, no debemos viajar muy lejos para hallar esos lugares. Los hay en la Tierra. Uno de ellos lo conforman las profundidades abisales, esas grandes profundidades oceánicas donde la luz solar no llega y donde, en contra de lo que la razón indicaría, se desarrolla una fauna propia, peculiar y sorprendente. Se encuentran peces de apariencias frecuentemente monstruosas, desde luego muy distintas a las de los que más conocemos. También, invertebrados como arañas de mar, pólipos o esponjas, de gran tamaño: de hecho se dan fenómenos de gigantismo.

Lo que no existe en estas zonas, que en conjunto cubren más del 70% de todos los océanos, son algas verdes que realicen la fotosíntesis. Llegan detritos de las zonas superiores, y en las chimeneas de las zonas volcánicas submarinas se da quimiosíntesis por bacterias. Tal vez increíble, pero la vida se abre camino de un modo u otro.

En ocasiones, las llanuras oceánicas se hunden en fosas abisales, de varios kilómetros de profundidad, y allí lo extremo se hace ya difícilmente imaginable. Aunque no hay límites para la imaginación, y acaso tampoco para la vida.

Saludos desde tierra firme, al menos por ahora.

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