martes, 19 de julio de 2011

El fin de una era

Con el próximo retorno del Atlantis, después de su última misión, se pondrá término a una era, la de los transbordadores espaciales. La NASA decicidió hace un tiempo concluir las misiones de estas naves que tanto han aportado a la exploración del universo. Columbia y Challenger tuvieron funestas desapariciones, mientras que los supervivientes, Discovery, Endeavour y Atlantis, serán probablemente piezas de museo. Y desde luego entrarán a formar parte de la historia, no solo de la conquista del espacio, sino del hombre mismo.

Por supuesto, pueden surgir múltiples preguntas. ¿Cómo proseguirá la exploración espacial?¿Se renuncia a corto y medio plazo a misiones tripuladas? Si no es así, ¿qué tipo de naves aguardan, al menos como proyectos? Se habla de velas solares, de nuevos combustibles, de aprovechar más el poder de la gravedad, de propusión iónica e incluso de emplear la antimateria. Soluciones todas imaginativas, algunas razonablemente viables. Pero, como tantas veces, habrá que dar tiempo al tiempo. Solo él nos dará las respuestas, y seguro que se avanza, aunque el espacio haya dejado de ser prioritario, posiblemente, en estos tiempos de crisis global.

Saludos nocturnos.

lunes, 27 de junio de 2011

Distancias en el universo

Hoy día, en lo que se llama un mundo global, hemos conseguido reducir mucho las distancias entre países y continentes, de forma que viajes que antaño llevaban semanas o meses se realizan en horas o acaso días, en el peor de los casos. El avión fue un gran hito, sin duda, que acortó las distancias, espaciales y mentales. Pero esto sucede en nuestro pequeño planeta Tierra. Fuera, en el universo, nuestras mejores máquinas resultan insuficientes para cubrir en tiempos reducidos las inmensas, casi inconcebibles dimensiones cósmicas. Las sondas Voyager se lanzaron en 1977, y ahora están a punto de salir del Sistema Solar, nada más, aunque nada menos.

¿Será posible algún día recorrer distancias dentro de las galaxias en unas horas o unos pocos días, cual dulce crucero galáctico? ¿Y distancias intergalácticas? Pues si las distancias dentro de nuestra Vía Láctea son ya sobrehumanas, pensemos en un viaje de una galaxia a otra, situadas ambas a millones, o miles de millones de años luz? Nosotros estamos, me temo, tecnológicamente muy lejos de ese momento. Quién sabe si para alguna civilización desconocida sea ya posible. Para el ser humano queda seguir imaginando, investigando, realizando. El teletransporte es un sueño de algunos científicos, pues no en vano con ese concepto se puede viajar "en un instante" de un punto a otro. Pero queda mucho camino por recorrer, y no de horas, días o semanas. Serán años de progreso en busca de la ciencia-ficción hecha realidad.

Saludos.

lunes, 13 de junio de 2011

El poder de la naturaleza

Terremotos, erupciones volcánicas, huracanes, grandes tormentas... Las formas en que se manifiesta el poder de la naturaleza son numerosas, y de todas ellas hay ejemplos más o menos recientes. La Tierra no se detiene, y muestra su furor con cierta frecuencia. Antaño la humanidad contemplaba este poder como algo inevitable e incluso divino. Hoy día nos sigue sobrecogiendo y admirando, pero empezamos a preguntarnos: ¿es realmente inevitable?

La respuesta exacta no es sencilla. En principio, son fuerzas inevitables. Sin embargo, hemos logrado altas cotas de predictibilidad, particularmente en lo que se refiere a fenómenos meteorológicos. Es lo que más repiten los científicos. Es posible predecir algunos fenómenos, pero no otros, y menos aún su intensidad. Pensemos en los terremotos, o en el vulcanismo. ¿Será posible algún día pronosticar todos estos fenómenos de poder de forma cuasi-exacta, y así evitar sus consecuencias más graves? El tiempo lo dirá. Y más aún, ¿será posible evitar algunos de ellos? Esto lo veo más improbable, pero parece un desafío que la ciencia está dispuesta a afrontar.

Saludos.

miércoles, 25 de mayo de 2011

La flecha entrópica

En 1927, el astrónomo Arthur Eddington acuñó el término flecha del tiempo para refererise a una dirección en el tiempo en un universo relativista de cuatro dimensiones, donde la cuarta dimensión es, precisamente, el tiempo.

Existen distintas flechas del tiempo, o formas de determinar, o tratar de determinar, una dirección de flujo de esa entidad que llamamos tiempo. Esto es, una distinción entre "pasado", "presente" y "futuro"; algo misterioso e intangible, pero real y medible. De entre todas, una de las más intrigantes es la llamada flecha termodinámica o flecha entrópica, que vincula la dirección en el tiempo con la entropía, de forma que la evolución del tiempo se produce siempre en el sentido del incremento de la entropía, o de aumento del grado de desorden. ¿Por qué un vaso cae y se rompe en varios pedazos, y jamás lo vemos reconstruirse desde sus pedazos en él mismo? Parece obvio... O no. El universo tiende a distribuir uniformemente la energía, es decir, a maximizar la entropía, y por eso procesos como el del vaso reconstruyéndose son muy improbables de forma espontánea. De hecho, desde nuestra visión de la cosas, son imposibles.

Nos pasamos la vida luchando, de algún modo, contra la entropía. Todo parece desordenarse de forma espontánea, y tenemos que poner empeño en ordenar nuestro entorno. Parece el paradigma cósmico. Sin embargo, científicos se plantean si no será posible recorrer la flecha entrópica en sentido opuesto, es decir, hacia la disminución de la entropía. Está por ver, pero habría que replantear la segunda ley de la termodinámica, y "pasado", "presente" y "futuro" serían, más que nunca, ilusiones de nuestra mente. 

Dejo un interesante enlace:

http://www.neoteo.com/la-paradoja-de-la-flecha-del-tiempo

Saludos de medianoche.






viernes, 13 de mayo de 2011

Tormentas solares

El pasado 14 de febrero, día de San Valentín, una tormenta solar de dimensiones particularmente grandes llegó a la Tierra. Gracias a los cinturones magnéticos de esta, los efectos sobre las comunicaciones (satélites, GPS, etc.) fueron menores de lo que se habían imaginado. En realidad, fue pura casualidad que los efectos resultaran minimizados, pues los campos magnéticos terrestre y de la llamarada solar estaban alineados, y la tormenta se desvió a los polos.

Lo cierto es que en los próximos meses se esperan cientos de tormentas de este tipo. No en vano estamos en un ciclo de actividad solar máxima, el que hace el número 24 desde que existen registros de estos fenómenos (unos 300 años). Estos ciclos vienen a durar unos 11 años, y entre ellos la actividad solar se ralentiza, como en años anteriores, lo cual puede dar una engañosa sensación de tranquilidad.

Los científicos creen que este ciclo 24 será intenso, con su pico entre 2012 y 2014. Poco más puede predecirse. Pero sí se hace una advertencia: la sociedad occidental es mucho más dependiente de tecnología potencialmente vulnerable a estos fenómenos solares que la del año 2000, en el último ciclo máximo. ¿Qué efectos podría tener una tormenta solar como la "tormenta de San Valentín"? Podrían interrumpirse comunicaciones o quedar inutilizadas centrales eléctricas. Y esto de forma generalizada. ¿Estamos preparados? Tal vez algo. Por ejemplo, los satélites actuales ya pueden resistir ciertas oleadas solares. Pero ¿y en la Tierra? Esperemos que al menos seamos capaces de desconectarlo todo a tiempo.

Dejo un enlace muy interesante:


http://www.abc.es/20110224/ciencia/abci-llamarada-solar-201102240839.html

Saludos.

sábado, 30 de abril de 2011

Teletransporte

¿Será posible que un día el ser humano pueda viajar de manera casi instantánea de un lugar a otro? Lo hemos visto en películas y series de ciencia-ficción. Pero tal vez no sea algo tan ficticio. En recientes experimentos se ha logrado enviar datos de un punto a otro de forma instantánea. Se trataba de paquetes de ondas no clásicas de luz, es decir, transportados sin necesidad de fotones y por lo tanto sin las limitaciones de la velocidad de la luz. Y aunque se trataba de dos puntos muy cercanos, la teoría es que podría llegar a hacerse lo mismo entre dos puntos cualesquiera del universo. Sorprendente, ¿no?

Se ha creado un dispositivo de teletransporte capaz de enviar la información de un lugar a otro sin pérdida de ningún fragmento. Sin duda esto es muy interesante. Es la primera vez que se consigue, y abre las puertas a mayores posibilidades. Pero aún queda mucho por recorrer. Aún estamos en el nivel cuántico, y las personas son otra cosa. Aunque... puede haber una esperanza. Y es que según el científico Luc Montagnier, Premio Nobel de Medicina en 2008, parece que bajo ciertas condiciones el ADN podría proyectar copias de sí mismo por medio de ondas elecromagnéticas. Esas ondas podrían ser recogidas en agua pura y mediante efectos cuánticos crear nanoestructuras idénticas, que acabarían siendo por medio de enzimas replicadoras idénticas al ADN original. Esta teoría ha sido acogido con escepticismo, pero ¿y si resulta cierta?

El tiempo lo dirá. Por ahora, experimentos como el teletransporte de datos que he comentado pueden ser de aplicación en ordenadores cuánticos, en los que la información podría circular por los procesadores en tiempos virtualmente cero. ¿Lo veremos? 

Dejo un par de enlaces:

http://www.abc.es/20110419/ciencia/abci-teletransportan-exito-informacion-entre-201104191700.html

http://www.abc.es/20110124/ciencia/abci-teletransportacion-201101240813.html




miércoles, 20 de abril de 2011

El mar de Aral

En silencio se ha ido consumando un desastre ecológico al que quiero hacer referencia. En Asia Central, en mitad de las estepas, entre Kazajastán y Uzbekistán, existió el que fue el cuarto lago del mundo, un mar en sí mismo por su extensión: el mar de Aral. Existió, pues ya apenas es un recuerdo del pasado. En los años sesenta del siglo XX era el cuarto lago del mundo, con unos 66.000 kilómetros cuadrados de extensión, pleno de pesca y recursos para quienes habitaban a sus orillas. Ahora es una sombra de sí mismo, apenas unas manchas lacustres que han dado paso a más desierto, inviernos y veranos más riguroros en la zona, contaminación y enfermedades para sus habitantes. Como en tantas ocasiones, un progreso mal entendido está en la raíz de una situación que puede ser ya irreversible, aunque hay algunos intentos de recuperar algo, al menos, de lo que fue.

Caminos similares parecen seguir otros lagos de la región de Asia Central, como el Baljash o el Lop Nor. Y otros, como el Mar Caspio o el lago Baikal, en Siberia, ya sufren por la contaminación. La pregunta es hasta cuándo dejaremos que nuestro planeta pague tan alto precio en nombre del falso progreso. Evocaciones de ruta de la seda me llegan cuando pienso en estos lagos y desiertos, y lamento lo que una vez fueron. Ojalá no sea tarde para ellos, pero en ocasiones pienso que la humanidad ya ha decidido, y en los mapas del futuro no aparecen.

Quiero equivocarme.

Saludos para todos.