martes, 7 de enero de 2014

Amazonia

En año nuevo propósitos nuevos. O deseos nuevos. No importa cómo los llamemos. Por mi parte, para empezar este año 2014 mi deseo puede ser que crezca el respeto por la naturaleza y los bosques, y especialmente por el mayor de todos, del que depende buena parte del clima presente de la Tierra: la Amazonia. Esta inmensa selva, de unos seis millones de kilómetros cuadrados, es mucho más que el pulmón de nuestro planeta. Almacena ingentes cantidades de dióxido de carbono, que, de no ser absorbidas, contribuirán de manera decisiva al calentamiento global.

Muy atrás, o quizás no tanto, quedan los tiempos en que la Tierra estaba cubierta por grandes manchas forestales y selváticas. Por desgracia, avanza la deforestación, no solo en la cuenca del Amazonas y sus grandes y pequeños afluentes. No es que los desiertos no encierren belleza, pues la tienen sin duda, pero es delicado el equilibrio entre árboles y arena, y el mundo cambia mucho con una pequeña cantidad más de unos o de otras. Los avisos sobre tala de árboles o quema de zonas verdes para alimentar ganado que sostenga un consumo de masas están dados. Unos creen más que otros en ellos. En nuestras manos siempre está alguna acción, por pequeña que sea: al menos, ser conscientes y hacer un consumo racional, ser respetuosos cuando estemos en contacto con la naturaleza, sea un pequeño parque o jardín de nuestra ciudad o sea la gran Amazonia, etc.

Debe ser un objetivo preservar la inmensa biodiversidad de la Amazonia. Hay obstáculos, en lo que no deja de ser una batalla o lucha de intereses, como tantas y tantas veces. A veces puede parecer que apenas tenemos algo que decir, desde tan lejos. Pero de nuestras decisiones puede depender que los bosques y selvas en la Tierra sean realidad y no imaginación o ensoñaciones del pasado.

Un saludo de año nuevo.

Dejo un par de enlaces:


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