En los confines del Sistema Solar, prácticamente en sus límites, se encuentra una nube de cometas y asteroides, tal vez billones de ellos, llamada nube de Oort, en honor al astrónomo holandés Jan Oort. Es un conglomerado esférico que realmente no ha sido observado de forma directa, aunque parece estar ahí, y ahí estaría desde hace millones y millones de años, puesto que las principales hipótesis plantean que serían restos del disco protoplanetario que se formó alrededor del Sol en el comienzo mismo del Sistema Solar. Una vez formados los grandes planetas gaseosos, Júpiter y Saturno, este material habría sido expulsado por sus enormes gravedades al exterior.
Realmente esta nube consta de dos, una interior de forma toroidal, y otra exterior, propiamente esférica, y parecen ser el origen de muchos de los cometas que, en alguna ocasión, podemos llegar a observar desde la Tierra. No de todos, ciertamente, pues el Sistema Solar alberga otras fuentes de cometas. Es tal la distancia de esta nube al Sol (casi un año luz) que se halla poco ligada gravitacionalmente a él, y otras estrellas e incluso la Vía Láctea podrían influir sobre ella y lanzar cometas al interior del Sistema Solar. Una vez en esta nube, ya habríamos recorrido un cuarto de la distancia a Próxima Centauri, la estrella más cercana a la nuestra.
En su conjunto, se estima que la masa de la nube de Oort es cinco veces la de la Tierra.
¿Qué otros misterios asoman apenas hasta nuestro planeta desde todos los lugares del universo? Algunos, tan lejanos y tan cercanos como la nube de Oort.
Saludos de medianoche.
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