Últimamente se habla mucho de ellos. Son los drones, vehículos aéreos no tripulados controlados de forma remota o autónomos. Hace tiempo que se vienen utilizando, más bien en ámbitos militares; pero ahora hay más empresas que los desarrollan y comercializan, a la vez que aumentan las aplicaciones militares y sobre todo civiles para las que pueden emplearse. Estas aplicaciones resultan de lo más variopintas: tareas de vigilancia o seguridad, localización y rescate, envío de material, fotografía de regiones o zonas, exploración, lucha contra incendios, etc.
Originalmente estos drones eran vehículos controlados de forma remota. Cada vez más se tiende a un funcionamiento autónomo, lo cual incrementa sus posibilidades de uso. Crece el uso civil, y en el ámbito científico también pueden jugar un papel muy importante. Dando un paso más allá, imaginemos por un momento cómo se les podría emplear en un futuro, tal vez no tan lejano, en la exploración del espacio. Imaginemos alguno de estos "extraños" artefactos sobrevolando la superficie de un planeta o de alguna luna en busca de indicios de vida, fotografiando el terreno o reconociéndolo para valorar una posible base o asentamiento.
La NASA ya ha probado los drones para la exploración de volcanes. Son entornos demasiado peligrosos para aviones tripulados. Y esa es la idea que subyace en la exploración del espacio. Veremos lo que va deparando el futuro.
Saludos nocturnos.